MANUAL PARA CEREMONIAS DE CIERRE/APERTURA/LUNA LLENA
A petición de unas cuantas solicitudes les comento en qué consisten.
En principio cualquier ceremonia tiene que ver con una necesidad personal. Si tienes un problema, una situación adversa, una etapa oscura, una duda sin resolver, seguramente estás demandando terminar con ello. Para eso son las ceremonias de cierre.
No olvidemos que antes de que existiera la moderna psicología las personas recurrían a lo místico, a lo mágico, a lo externo para resolver aquello que parecía escapar de nuestras manos. No obstante, el recurso que usa la psicología para ayudar a superara los obstáculos es el mismo que se utilizaban de antaño pero en distintas formas: la concientización a través de la verbalización, que dará paso a las acciones que traerán la solución.
¿Y qué tiene que ver esto con las ceremonias de cierre? Todo. En una ceremonia de cierre/apertura/Luna llena, se aprovechan los eventos astrales, que mueven y traen energías de diferente naturaleza para llevar a cabo la conclusción y/o apertura de un ciclo o situación que necesitamos modificar.
Dicho esto, explico qué hacer.
En una ceremonia siempre vamos a empezar por una plegaria, una oración, unas palabras respetuosas de apertura dirigidas al ente espiritual con el que nos sintamos identificados. Yo no soy cristiana, pero esto no se trata de religiones sino de fe, de las energía que irradiamos para generar una respuesta. Acción y reacción, física pura, pues.
Una vez realizado este saludo-bienvenida, procedemos a expresar nuestro deseo, explicar nuestra situación, alzar nuestro rezo lo más específico posible a cerca del mal que nos aqueja, sobre aquello que queremos cambiar, sobre lo que necesitamos desmontar.
¿Por qué hacemos esto?. Simple programación neuro-lingüística. Programamos, le damos órdenes a nuestro subconsciente de que dejemos atrás aquello que nos causa pesar, que nos mantiene estancados, que nos causa daño. Y, acompañado de las energías que provienen del evento astral en curso, se refuerza la potencia de la orden que nos estamos dando. Usamos recursos espirituales, psicológicos y astrales en una sola acción.
Las velas, los ropajes, las antorchas y hogeras, los inciensos, etc, ¿son necesarios? Puro atreso, pero cualquier ayuda es bienvenida. Es bien sabido que las luz de las velas canaliza los estados de concentración e hipnosis, igualmente, los olores conducen y predisponen la receptividad mental. Por otro lado, el espíritu, las energías, nuestra identidad energética se altera gracias al evento cósmico que esté sucediendo.
Para cerrar, con el mismo respeto que inciamos, damos la despedida al ente al que nos hayamos digido, y nos retiramos.
Digamos que, al igual que cuando oramos, en cualquier momento y en cualquier situación podríamos realizar una ceremonia de cierre, sin embargo, hay situaciones que son más propicias que otras, más aprovechables, por lo tanto para nuestro deseo de cambio.
¿Realizar una ceremonia de este tipo va a concluir y a solucionar mágicamente nuestros problemas? No, nuestro ex esposo no va a cerse muerto al realizar una ceremonia de cierre para dejar atrás un matrimonio roto —claro, si le damos un tiro, seguro que sí...—, pero sí va a servir para dejar atrás toda la amargura, la tristeza y la frustración que algo como divorcio trae a nuestras vidas. Porque al expresar nuestro deseo y dejar salir el dolor, la duda, o cualquiero otro sentimiento negativo, nuestra mente se aligera de la carga, nos predisponemos a la solución y liberamos una energía que nos hace daño, y que va a dejar lugar a lo nuevo.
Por otra parte, para aquellos que andan buscando un nuevo futuro, que quieren traer a su vida tiempos mejores, funciona de igual forma, introduciendo a nuestras vidas energías positivas y canalizando nuestra fe en lo que está por venir. Lo cual puede traducirse en términos psicológicos en un cambio de actitud.
Lo espirtual, esa cosa mágico-religiosa que muchos exploran y buscan en diversas sectas, creencias y filosofías se basa siempre en los mismos principios. Hacer el bien, concientizar y aprender, avanzar y creer. Todos creemos de una forma u otra que estamos conformados por tres facetas: el cuerpo, el alma, la mente. El cuerpo responde a los mandatos de la mente, pero el espíritu determina muchas cosas que no controlamos, una fuerza muy poderosa que sentimos latir dentro de nosotros. Y de ello que queremos echar mano cuan realizamos un rito espiritual. Entonces, al realizar una ceremonia precisamente estamos tratando de utilizar ese poder para alterar aquello que conciente ni físicamente podemos manipular. Lo espiritual está al servicio de nuestros deseos en tanto seamos concientes de su poder, expresemos respeto a esa fuerza y la invoquemos dentro de nosotros.
De todo esto se desprende que cuando realizamos una ceremonia, usamos las energía favorables que nos brinda la naturaleza, para mover las energía internas de nuestro espíritu para reforzar y llevar a cabo el deseo de nuestras mentes, lo que va quedar manifiesto con nuestras acciones.
Has tu ceremonia. Aprovecha lo que se presenta para avanzar y repítelo las veces que sea necesario para mejorar tu vida. Todos somos capaces de controlar nuestras vidas y de procurarnos nuestro propio bienestar. Creer es tan importante como hacer.

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